Sentirse libre, II

Reproducimos hoy nuevos textos que fueron leídos por los miembros de los distintos clubes de lectura del Centro Penitenciario de Granada – Albolote en el acto final de encuentro de los lectores y las lectoras que habían participido en la experiencia.

Sus palabras ponen de manifiesto cómo la lectura agita los mundos íntimos de cada cual y gracias a la escritura afloran a la superficie recuerdos y emociones y pensamientos únicos.

Leer consuela, ayuda a pensar, da esperanzas.

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El hecho de tener un libro entre las manos hace que todos mis sentidos se agudicen, tocarlo supone acariciar ese papel tan suave como el terciopelo y al abrirlo se desprende un aroma tan incomparable que me sumerge durante unos segundos en un profundo deleite. Cuando comienzo a leer ya degusto una a una las palabras que me transportan tal vez a una aventura, un sueño, o me evoca viajes a lugares donde nunca he estado o a algunos sitios que ya conozco y al sumergirme en la lectura es como volver a estar allí y divagar de nuevo por estos lugares. Mi espíritu se siente relajado y libre de nuevo aunque esté dentro de estos muros, pero el viaje más bonito al que me llevan los libros es al interior de mí misma, al centro de mi cerebro, de mi corazón y de mi alma. Gracias club de lectura por alimentar todas estas sensaciones dentro de mí.

I. A. S.

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Reflexión personal

Cuando muere la tarde siempre estoy asomado a la ventana y agarrado a los barrotes siento que vivo a la sombra de la realidad, y pienso cómo he podido llegar hasta aquí.

Cometemos errores que nos hacen pensar, llorar, reflexionar y arrepentirnos. Con lo fácil que sería no hacer las cosas que sabemos que no están bien o escuchar como dice un refrán: «nadie escarmienta por cabeza ajena», o como dice la historia de la ratonera. Creemos que a nosotros nunca nos va a tocar.

Mi error fue mi pecado de avaricia. Yo quería ganar más que nadie y tener más que nadie. Creía que mi casa sería más feliz si la cubría de oro (me equivocaba), por eso me dedicaba a pasar sustancias psicotrópicas. Un mal día fui arrestado por las autoridades, lo cual tras un juicio fui condenado a tres años y seis meses de prisión. Mi casa la que yo quería cubrir de oro quedó destrozada, hecha polvo y no por dinero, sino porque le arrancaban un eslabón a la cadena de tres eslabones. Mi mente cargadita de quebrantos porque lejos crecería un trozo de mi ser sin el calor de su padre.

Hoy han pasado diecisiete interminables meses, después de mucho sufrir creo que esta pesadilla gracias a Dios está tocando a su fin. Mi casa es la más humilde del mundo y la más feliz porque tiene la bendición de Dios. Muy pronto la cadena volverá a tener sus tres eslabones juntos. Mientras me he convertido en la espera que desespera esperando.

Agarrado a los barrotes se me ha hecho de noche y he llegado a la conclusión que: más vale comer pan duro en paz con Dios y la gente que quieres que comer caviar solo con el diablo en una celda fría y con gente sufriendo por ti.

Termino con un consejo. Primero piensa y luego actúa.

Anónimo

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UN MAR DE LETRAS

Tomo un libro en mis manos, ojeo su portada «El Vencedor está solo» el título me gusta, lo volteo y leo el breve resumen de la parte de atrás…¡Guau parece muy interesante! Miro de nuevo la portada, confieso que con ojos más expectantes, acaricio el título una vez más hasta que por fin me decido. ¡Lo abro! pasando del prólogo me voy directa al primer capítulo, no soy consciente pero «La Magia» ha empezado, leo las primeras frases y antes de pasar página ya estoy atrapada.

Ya no soy Maryna, me llamo Irina soy Rusa, pero la magia va más allá, puedo ser Igor y ver el mundo con sus ojos y oler el mar cuando camina por la playa. Como un huracán mis emociones se desatan.

Logro comprender por qué Igor esconde su temor tras la ironía, junto a Irina huyo de la realidad que detesta a su mundo de locura y fantasía.

Sí, claro que sí, con la careta de estos personajes a través de ellos la magia saca lo que hay dentro de mí, lo guardado para cuando sea necesario, lo oculto por vergüenza, la caja de los sueños llena de deseos, algunos los alcanzo con mis manos, otros solo me atrevo a tocarlos de lejos.

Y la magia utilizando las palabras, como si de las vías de un ferrocarril se tratara me conduce por el «Tour de las emociones», me río, de la intriga al miedo, tiernita cuando Irina besa a Igor, lágrimas cuando no se entendieron.

Tanto me atrapó la magia que decidí buscar el origen, al principio pensé que estaba en «solo leer palabras», pero después de escarbar entendí, el poder de un libro está en sus palabras y la magia surge cuando lees y te dejas llevar.

M. N.

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Premio Nacional al Fomento de la Lectura 2019